Toma tiempo para estar contigo mismo. Rejuvenece y nutre tu espíritu escuchando música relajante o leyendo un libro que te inspire.
Ayuda a los que necesitados. Cuando ayudas a los demás automáticamente te conectas mejor con el resto de la humanidad. Trabaja en una ONG como voluntario o dona alimentos a un banco de alimentos.
Practica la gratitud. Hay tantas cosas para agradecer en la vida. Tómese el tiempo para reflexionar sobre ello y reconoce lo afortunado que eres por tu familia, amigos y demás oportunidades que tienes en tu vida.
Practica la atención plena (mindfulness). Conoce tu entorno y se consciente de ti mismo dentro de dicho entorno. Disfruta de los colores y los olores de la naturaleza que está a tu alrededor. Disfruta de la sensación de lluvia cayendo sobre tu nariz y el viento soplando en tu cara.
Exprésate. Si todavía no te dedicas a actividades artísticas o expresivas entonces aprende a bailar, cantar, tocar un instrumento musical o tomar clases de arte. Si lo haces te pondrás en contacto con el lado creativo del cerebro.
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